Los seres humanos han fantaseado durante mucho tiempo con la exploración y colonización de Marte. Ese sueño podría hacerse realidad ahora que la NASA y Elon Musk hacen planes independientes para poner astronautas en el planeta rojo alrededor de 2030.
El simple hecho de transportar personas a través de millones de kilómetros de espacio representa uno de los mayores retos. Pero a su llegada, los humanos tendrán que superar enormes obstáculos para crear una vida en Marte, una roca desolada, gélida e inhóspita.
Agua encerrada en rocas y arena
El agua es esencial para la vida humana en Marte, pero el Planeta Rojo no contiene agua de forma visible y aprovechable. Sin embargo, hay mucha agua congelada bajo el suelo, especialmente en las zonas polares.
La tecnología para extraer el agua encerrada en el suelo marciano aún no existe. La NASA espera resolver esto a través del Mars Ice Challenge, un concurso anual dirigido a estudiantes universitarios de ingeniería.
Diez finalistas son seleccionados para competir en el Centro de Investigación Langley de Virginia, donde muestran sus prototipos diseñados para extraer agua del hielo subsuperficial marciano simulado.
La NASA también ha formado asociaciones para avanzar en las tecnologías mineras para su uso en el espacio. Ya existen prototipos que podrían adaptarse a la extracción de agua durante la exploración de Marte.
Una atmósfera delgada y casi sin oxígeno
Uno de los atributos más importantes que necesita un planeta para albergar vida humana es una atmósfera. Desgraciadamente, Marte tiene una atmósfera muy delgada y está compuesta principalmente por los gases equivocados para sostener la vida humana y vegetal.
Casi toda la atmósfera marciana es dióxido de carbono (95% frente a menos del 1% en la Tierra). Apenas contiene oxígeno (0,14% frente al 22% en la Tierra), que los seres humanos necesitan para respirar.
Contiene muy poco nitrógeno (2,7% frente al 78% en la Tierra), que las plantas necesitan para sobrevivir. La vida en Marte sería imposible sin una gran cantidad de aire.
Además, la presión atmosférica en Marte es bastante baja, una centésima parte de la de la Tierra. La presión es fundamental para la vida en la Tierra. Sin ella, los tímpanos se romperían y el agua del cuerpo herviría.
Los astronautas llevan trajes presurizados para sobrevivir en el espacio, y también tendrían que llevarlos en Marte, o vivir en un hábitat presurizado. La fina atmósfera deja escapar al espacio el calor del sol. Como consecuencia, Marte es muy frío.
Por el momento, los astronautas que viajen allí tendrán que llevar consigo todos los sistemas de soporte vital.
Altos niveles de radiación
Nuestro sol y otras estrellas son esencialmente reactores de fusión que escupen abundantes cantidades de energía electromagnética, incluidas radiaciones de rayos X y ultravioleta.
El sol también emite protones de alta energía, núcleos atómicos y otras partículas que pueden provocar enfermedades por radiación. El fuerte campo magnético de nuestro planeta forma una barrera invisible contra estas radiaciones, desviándolas.
Cuando los astronautas salgan de esta burbuja protectora corren peligro. En una misión a Marte, podrían recibir dosis de radiación hasta 700 veces superiores a las de la Tierra. Y al llegar a Marte (que no tiene un campo magnético) continuará la exposición.
La idea es que algún día se pueda utilizar el suelo marciano para construir estructuras habitables de hormigón, un material resistente y protector que ya se utiliza en la Tierra en instalaciones nucleares para proteger a las personas de la radiación en Marte.
Las futuras misiones de exploración de Marte plantearán a científicos y astronautas una serie de problemas que pondrán a prueba la supervivencia humana.
Pero a medida que los humanos persistan hacia la Luna con la vista puesta en Marte, aprenderán a adaptarse, como siempre han hecho, y a encontrar nuevas soluciones a los problemas que se les planteen en el próximo horizonte.